-Esta es una muy buena pregunta sobre el comportamiento
humano. Lo podemos ver desde distintos ángulos. Pensamos por necesidad, por
capricho… porque no podemos dejar de hacerlo… o simplemente porque me gusta lo
que pienso. Esto ultimo me satisface; eso de pensar lo que quiero y me agrada, lo veo de manera necesaria para un desarrollo completo y
al compás de los acontecimientos que nos propone como reto la vida. Vivir
se convierte en un riesgo desde el mismo dia que nacemos, asi que cuando el
niño adquiere la capacidad para relacionar y emparejar datos, comienza a
pensar. Lo va haciendo con mayor claridad sobre el medio en el que se mueve,
objetivando y analizando todo lo que puede acceder a su pensamiento.
Con
ello, la herramienta del pensar se convierte en un arma de doble filo. Somos lo
que pensamos o somos pensados de antemano por otro mecanismo ajeno a lo que
quisiéramos. Esta es la incógnita que ya Descartes marcó con énfasis y
dinamismo en su Cogito Ergo Sum,” pienso luego existo”. Aun he escuchado hablar sobre
esta doble disciplina del pensar, ¿Qué es que primero pienso y luego existo, o es
lo pensado lo que me da la existencia? Otro enigma para algunos que ahora estarán
pensando en ello; pues no es lo mismo pensar antes la existencia que pensarla después. Es un mecanismo de supervivencia, organización
y acto consecuente. El pensamiento no tiene consecución de tiempo
y espacio; siempre se mantiene en el mismo lugar de su comienzo. Por ello recomiendo un poco de paciencia sobre lo que
nos esta viniendo en precisos momentos donde todo parece en calma y el pensamiento
viene arrollando todo lo que encuentra en su camino.
¿Como es que no pienso en nada
y después pienso en vez de vivir la experiencia vivida?
Amigos mios esto un
enigma. El pensamiento nos esta siempre ganando la batalla. Siempre va por
delante de los acontecimientos que acaecerán, siempre va premeditando, intuyendo, conociendo aquello que nos lleva a ese
estado o esa parte específica de nuestra experiencia. Existen pensamientos
pragmáticos, pensamientos reprimidos, pensamientos de poder… .
El pensamiento nos lleva pues a una armonía
con el área del ego más oculto; dirige, como por arte de magia , los actos mas automáticos y los más
meditados. Es un gran especialista en disimular, ocultarse y, de repente, salir
al escenario sin que nadie le haya avisado. Propongo ejercicios visuales para promover
esos pensamientos, con imágenes o sin ellas, en los que podamos ser mas
participativos y les consigamos dar unas pinceladas particulares extras
para el disfrute del que las piense. “Ya no es el pensamiento el que me piensa
si no soy yo el que le pienso a el”, qué paradoja ¿no? Y aun asi nos dejamos
llevar por un mar de conciencia que nos arrastra sin ton ni son a una orilla
siempre desconocida y oculta que pareciera el mas alla que siempre llama con un bramido misterioso y absoluto; ese es
el pensar.
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