martes, 25 de febrero de 2014

(Nathan Schwartz-Salant, The borderline personality : vision and healing, pag. 47, 50-51, 117, 123, 131, 171, 198)

“El término `límite’ [borderline] describe un particular síndrome psicológico (…) La persona que es límite tiene un problema con el poder; él o ella está poseída por la necesidad de controlar lo inconsciente (…) [Es característica] la obsesión del paciente con el poder y el control (…)

El síndrome límite se caracteriza por la negación, la división y la disociación (…) El self de la personalidad límite está constantemente bajo la amenaza del desmembramiento (…)

Quien es límite tiene poca capacidad para jugar con lo inconsciente, para afectarlo mediante la consciencia o para permitir a la personalidad consciente ser influida por lo inconsciente (…) Quien es límite carece de una función transcendente (...)

En alquimia, el estado apagado que sigue a la coniunctio se denomina nigredo. Esta condición es extremadamente pertinente para las situaciones límites de la mente. La nigredo es un proceso doloroso que se experimenta como depresión, pérdida, vacio o tristeza (…)

La desesperación está asociada aquí con la pérdida o la presentida ausencia de la coniunctio (…) La desesperación proviene de la necesidad del paciente de poseer la experiencia de la unión, así como de los recuerdos de la anterior unión perdida.

Lo último posiblemente puede tener su comienzo en un trauma de pérdida en el nacimiento (…) Este trauma inicial es la consecuencia de la primera unión y su pérdida, el trauma continúa elaborándose a lo largo de fases del desarrollo tales como la Posición Depresiva, como ha sido descrita por M. Klein, la subfase de aproximación, dentro de la fase de Separación-Individuación, como ha sido descrita por M. Mahler y la etapa Edípica (…)

La coniunctio es un acontecimiento que puede ser experimentado en el presente (…) Un importante resultado de la coniunctio, ya si ocurre como un acontecimiento consciente o inconsciente, es que conduce a que la imagen del terapeuta sea introyectada por el paciente, y la imagen del paciente sea introyectada por el terapeuta (…) Sin tal contención el paciente se verá imposibilitado para experimentar esa especie de afinidad que impulsa el crecimiento y alienta al paciente y al terapeuta a correr el riesgo de exponer sus áreas vulnerables.

En el sentido de Winnicott, la coniunctio conduce a un `ambiente sostenedor’ (…)

Se puede crear una estructura de self entre dos personas sin que predomine una negativa participation mystique y sin que ninguno de los dos pierda su identidad (…)

El hermafrodita (…) representa la creación de una estructura vincular, similar a lo que Jung llama la función transcendente y Winnicott espacio transicional.”

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