Psicoanálisis y Sociedad: “Homosexualidad: Represión y Liberación”.-
Freud, Rank, Altman, Roszak y Marcuse:
Psicoanálisis y Sociedad: “Homosexualidad: Represión y Liberación”.-
1) Freud: Perversidad Polimorfa Bisexual, Represión y Sublimación.
En Tres Ensayos sobre la Teoría de la Sexualidad, Freud
señala que la represión, en términos generales, proviene de la
imposición de dominación de un individuo sobre otros, siendo ese primer
individuo no otro que el padre. A partir de tal dominación, se
establece la forma patriarcal de la sociedad, basada en la inferioridad
de la mujer y en la fuerte represión de la sexualidad. Además, Freud
asocia su tesis de la autoridad patriarcal con el auge de la religión, y
en particular con el triunfo del monoteísmo en Occidente. Por otra
parte, Freud se preocupa especialmente por la represión sexual, puesto
que considera las pulsiones del ser humano como mucho más complejas de
lo que la sociedad patriarcal admite: dada la capacidad indiferenciada
de los bebés para obtener placer sexual de todas las partes de su
cuerpo, Freud los califica de “perversos polimorfos”. Como parte de este concepto, Freud también cree en la naturaleza especialmente bisexual de nuestro impulso sexual original.
Como una variante del concepto de represión, Freud introdujo el término
“sublimación”, entendiendo por ello la operación mental mediante la
cual se canalizan los impulsos libidinosos inconvenientes. Freud hace
una diferencia fundamental entre represión y sublimación al considerar
que esta última puede ser saludable, ya que resulta indispensable para
el mantenimiento de una comunidad civilizada.
Sigmund Freud
2) Rank y Altman: Represión, Roles Sociales y Dominio Falocrático.
En la misma línea de pensamiento, y en lo referente a la represión primera, Otto
Rank considera el desarrollo que va de la dominación paterna hasta
llegar a un poderoso sistema estatal administrado por el hombre, como
una prolongación de dicha represión primera, cuyo propósito es la cada
vez mayor exclusión de la mujer. Sobre la represión de la perversidad polimorfa en Occidente, Dennis Altman, en su libro ya citado, dice
que los dos componentes principales de dicha represión son por un lado
la eliminación de lo erótico de todas las actividades humanas que no
sean definidamente sexuales, y por otro lado la negación de la inherente
bisexualidad del ser humano: la sociedad asume sin detenerse en reflexión alguna, que la heterosexualidad es la sexualidad normal. Altman
observa que la represión de la bisexualidad se lleva a cabo mediante la
implantación forzada de conceptos histórico-culturales prestigiosos de
“masculinidad” y “feminidad”. En otras palabras, roles sexuales
claramente delineados que se van aprendiendo desde niños. Por otra
parte, Altman señala la falta de forma alguna de identidad para el
bisexual en la sociedad actual, y las presiones que sufre de ambos
lados, puesto que la bisexualidad amenaza tanto a las formas
aburguesadas de vida homosexual exclusiva como a los heterosexuales, y
esta característica explicaría el por qué la bisexualidad asumida es tan
poco común.
3) Roszak y Marcuse: Represión en la Sociedad Capitalista y Liberación Sexual.
En otros términos comenta Theodore Roszak, en su obra El nacimiento de una contracultura, el movimiento de liberación sexual. Allí
expresa que la mujer más necesitada, y desesperadamente, de liberación,
es la “mujer” que cada hombre lleva encerrada en los calabozos de su
propia psiquis. Roszak señala que sería ésa y no otra la siguiente forma de represión que es preciso eliminar, y lo mismo en lo que respecta al hombre maniatado que hay dentro de toda mujer.
Y Roszak no duda de que todo ello significaría la más cataclismática
reinterpretación de la vida sexual en la historia de la humanidad, ya
que replantearía todo lo concerniente a los roles sexuales y al concepto
de normalidad sexual vigente en la actualidad.
Marcuse
Sobre la liberación sexual, Herbert Marcuse en Eros y civilización aclara que la misma implica más que la mera ausencia de opresión, la liberación requiere
de una nueva moralidad y una revisión de la noción de “naturaleza
humana”. Y después agrega que toda teoría real de liberación sexual
debería tomar en cuenta las necesidades esencialmente polimorfas del ser
humano. Según Marcuse, las perversiones sustentan la
sexualidad como un fin en sí mismo; por lo tanto se colocan fuera de la
órbita de férreo principio de “performance“, o sea
uno de los principales represores básicos para la organización del
capitalismo, y así cuestionan sin proponérselo los fundamentos mismos de
este último.
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