sábado, 16 de julio de 2011

SUEÑOS Y NEUROSIS de Esperanza Vela Juarez, el Sábado, 02 de abril de 2011 a las 12:37 Carl Gustav Jung sostiene en su libro “Teoría del Psicoanálisis”, que a través de los sueños se hacen conscientes elementos que no son conscientes, pues si asociamos esas imágenes con ideas relacionadas por el sujeto, podremos identificar que tienen su origen en su pasado remoto, que permanecían inconscientes. La técnica para interpretar estos contenidos inconscientes es sugeririendo al paciente que trate de recordar de dónde pueden provenir los elementos aparentemente desconocidos que aparecen en su sueño. Algunos de esos contenidos, es evidente que provienen de experiencias de la vigilia, principalmente sucesos que se olvidan por su insignificancia y que pasan al inconsciente, pero también aparecen reproducciones con una relación de significado. El contenido de los sueños consiste generalmente en representaciones dispares muy difíciles de comparar, porque además de su significado consciente o manifiesto posee otro significado histórico individual, lantente, que puede ser diferente. Los sueños presentan paralelismos históricos, inclusive los más ignorados y son simbólicos, producto de una constelación inconsciente; y como dijo Freud constituyen el mejor camino al inconsciente. Existen además del sueño, otros efectos producidos por las constelaciones inconscientes, como los fenómenos que Jung denomina complejos. Las causas más evidentes de las perturbaciones neuróticas, demuestran ser estas constelaciones, tanto conscientes como inconscientes o complejos, relacionados con lo afectivo. El mismo sujeto es el que debe descubrir la relación que puede existir entre su perturbación y sus complejos afectivos, y esta es la forma de obtener el material histórico de la perturbación. Las asociaciones de ideas que pueden hacer los seres humanos, siempre tienen algún sentido inconsciente que generalmente representan interferencias de complejos, como por ejemplo los actos fallidos, los olvidos, las equivocaciones, etc. Todos estos fenómenos son puertas de acceso al inconsciente. Cuando los actos fallidos se acumulan, se trata de una neurosis que es un gran acto fallido debido a algún complejo o constelación inconsciente. Por esta razón la asociación de ideas es un medio adecuado para penetrar en el inconsciente, representando una técnica con la que se puede obtener una cantidad de actos fallidos que pueden ser útiles para conocer el inconsciente. En los adultos, las fantasías conscientes suelen ser individualísimas, pero no pasa lo mismo con las fantasías inconscientes que también son variadas pero menos individuales, porque aparecen en personas distintas y son constantes, como por ejemplo, representaciones que se relacionan con ideas que se pueden encontrar en la mitología y en las religiones. Según Jung, el símbolo central del Cristianismo es el sacrificio, que tiene un papel importante en las fantasías inconscientes y que la escuela vienesa denomina complejo de castración. En la niñez, la fantasía más frecuente es el complejo de Edipo en el varón o de Electra en el caso de las niñas; aunque a Jung este término le resulta inadecuado al no identificar la sensación de placer co


de Esperanza Vela Juarez, el Sábado, 02 de abril de 2011 a las 12:37
Carl Gustav Jung sostiene en su libro “Teoría del Psicoanálisis”, que a través de los sueños se hacen conscientes elementos que no son conscientes, pues si asociamos esas imágenes con ideas relacionadas por el sujeto, podremos identificar que tienen su origen en su pasado remoto, que permanecían inconscientes.
La técnica para interpretar estos contenidos inconscientes es sugeririendo al paciente que trate de recordar de dónde pueden provenir los elementos aparentemente desconocidos que aparecen en su sueño.
Algunos de esos contenidos, es evidente que provienen de experiencias de la vigilia, principalmente sucesos que se olvidan por su insignificancia y que pasan al inconsciente, pero también aparecen reproducciones con una relación de significado.
El contenido de los sueños consiste generalmente en representaciones dispares muy difíciles de comparar, porque además de su significado consciente o manifiesto posee otro significado histórico individual, lantente, que puede ser diferente.
Los sueños presentan paralelismos históricos, inclusive los más ignorados y son simbólicos, producto de una constelación inconsciente; y como dijo Freud constituyen el mejor camino al inconsciente.
Existen además del sueño, otros efectos producidos por las constelaciones inconscientes, como los fenómenos que Jung denomina complejos.
Las causas más evidentes de las perturbaciones neuróticas, demuestran ser estas constelaciones, tanto conscientes como inconscientes o complejos, relacionados con lo afectivo.
El mismo sujeto es el que debe descubrir la relación que puede existir entre su perturbación y sus complejos afectivos, y esta es la forma de obtener el material histórico de la perturbación.
Las asociaciones de ideas que pueden hacer los seres humanos, siempre tienen algún sentido inconsciente que generalmente representan interferencias de complejos, como por ejemplo los actos fallidos, los olvidos, las equivocaciones, etc.
Todos estos fenómenos son puertas de acceso al inconsciente.
Cuando los actos fallidos se acumulan, se trata de una neurosis que es un gran acto fallido debido a algún complejo o constelación inconsciente.
Por esta razón la asociación de ideas es un medio adecuado para penetrar en el inconsciente, representando una técnica con la que se puede obtener una cantidad de actos fallidos que pueden ser útiles para conocer el inconsciente.
En los adultos, las fantasías conscientes suelen ser individualísimas, pero no pasa lo mismo con las fantasías inconscientes que también son variadas pero menos individuales, porque aparecen en personas distintas y son constantes, como por ejemplo, representaciones que se relacionan con ideas que se pueden encontrar en la mitología y en las religiones.
Según Jung, el símbolo central del Cristianismo es el sacrificio, que tiene un papel importante en las fantasías inconscientes y que la escuela vienesa denomina complejo de castración.
En la niñez, la fantasía más frecuente es el complejo de Edipo en el varón o de Electra en el caso de las niñas; aunque a Jung este término le resulta inadecuado al no identificar la sensación de placer con la sexualidad, pero los celos sí pueden tener un papel importantísimo, siendo el símbolo de la separación el sacrificio.
Si la persona no logra esta separación se convierte en un conflicto, que posteriormente dan lugar a una serie de perturbaciones neuróticas.
Fuente: Teoría del Psicoanálisis, de Carl Gustav Jung, Ed. Plaza y Janés S.A., España, 1961

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