Neurociencia y Psicoanálisis, reflexiones acerca de la memoria implícita
Publicado en 28 octubre 2014 por dsalvador
Por Javier Castillo y Antonio Sanfeliu
El psicoanálisis todavía representa la perspectiva más coherente e intelectualmente satisfactoria de la mente (Kandel, American Journal of Psychiatry 1999)
No
haría falta mirar muy atrás en la historia del conocimiento para que
las palabras de un neurocientífico sosteniendo la importancia de la
teoría psicoanalítica resultaran inverosímiles ¿Cómo es posible hablar
de una relación entre Neurociencia y Psicoanálisis?, dos disciplinas
consideradas hasta hace bien poco antagónicas. Una de ellas, la
neurociencia, basada en el rigor de la praxis experimental y la otra, el
psicoanálisis, considerada el paraíso de la subjetividad y falta de
rigor por numerosos científicos.
Pues bien, Erick Kandel, premio Nobel de
Medicina y Fisiología en el año 2000, no lo vio de esa manera. Los
últimos estudios acerca de las diferentes memorias, así como la
evolución de la teoría y práctica psicoanalítica parecen confirmar la
idea de Kandel. En estos momentos, podemos hablar de una fructuosa
colaboración entre Neurociencia y Psicoanálisis (Prueba de ello son el
surgimiento de Centros de investigación como el Neuroscience Study Group
of NewYork Psychoanalytic Institute)
Aunque son varios los temas que
podríamos incluir dentro de la colaboración descrita, preferimos
centrarnos en un tema nuclear, como el de la memoria implícita, para
empezar a adentrarnos en el complejo mundo del neuropsicoanálisis
Hasta después de la mitad del siglo
pasado solo se conocía un tipo de memoria, la memoria evocativa, la cual
es un tipo de memoria que podemos definir como la responsable de la
recuperación consciente de experiencias previas acaecidas a lo largo de
la vida. Esta memoria tendría su sede en el lóbulo temporal medio y en
el hipocampo. Pero ya en las últimas décadas del pasado siglo se
descubrió la existencia de diversos sistemas de memoria.
Para el tema que atañe a nuestro
artículo es muy importante la denominada memoria implícita, sistema que
podemos definir como responsable de la memoria de las informaciones y
experiencias que no han sido procesadas conscientemente y que podríamos
situar en la amígdala, los ganglios basales, el cerebelo y las áreas
parieto-temporo occipitales.
También hemos de plantear la existencia
de diferentes memorias implícitas pero, es especialmente relevante, en
la interacción neurociencia y psicoanálisis, la denominada memoria de
procedimiento.
La memoria de procedimiento incluye dos
elementos, vinculados entre sí: el condicionamiento clásico y la
formación de pautas de relación a partir de la infancia. Pero a
diferencia de lo que se ha pensado durante mucho tiempo, el
condicionamiento es un proceso complejo, capaz de representar múltiples
relaciones temporales, espaciales y lógicas entre determinados estímulos
y sucesos y el contexto en el que tienen lugar (Coderch, 2010)
En el camino hacia la maduración, el
bebé iría captando los efectos que los estímulos que provienen de sí
mismo producen en los padres. De esta manera, irá construyendo un equipo
de experiencias que quedan almacenadas en su memoria de procedimiento y
que, en cada momento, le permiten configurar la conducta más favorable
para la satisfacción de sus demandas. Estos juegos interactivos son
progresivamente internalizados, dando lugar a representaciones mentales
que actúan como esquemas que dan significado a los estímulos
provenientes del mundo exterior y, por tanto, organizan las relaciones
con las personas que rodean al bebé (de forma inconsciente). Podemos
decir, que este hecho contribuye a desarrollar lo que llamamos el
carácter del sujeto.
Esta idea, la de un inconsciente
relacional, encaja con el desarrollo de una forma de entender el
psicoanálisis en la que lo realmente importante es la fijación a ciertos
estilos de relación primaria, rompiendo con la teoría clásica
psicoanalítica de las pulsiones.
Como señaló William R. D. Fairbairn la
libido no buscaría el placer sino objetos, y por tanto lo fundamental de
la experiencia humana sería la conexión con otros como fin en sí mismo,
implicando una modificación sustancial del pensamiento freudiano. El
impulso primordial humano ya no es la búsqueda de gratificación sino el
establecimiento de vínculos con objetos que se encuentran en la
experiencia temprana y que luego pasarán a ser prototipos de toda
experiencia futura de conexión con otras personas. En este
planteamiento vemos un pasaje del psicoanálisis de las pulsiones a un psicoanálisis relacional
y en este punto sería crucial el diálogo con la neurociencia a través
de conceptos como el de inconsciente relacional, en contraposición con
el denominado inconsciente dinámico
Pero las relaciones entra la
neurociencia y el psicoanálisis no solo se suscribirían al denominado
psicoanálisis relacional, otro premio nobel, Gerald M. Edelman, con su
visión de que los patrones de conectividad entre neuronas formados
durante el desarrollo de los organismos a consecuencia de la selección
natural, incorporan gran cantidad de conocimientos sobre su entorno,
tanto pasado como presente nos abre la posibilidad de ampliar el
concepto de memoria implícita, aunque en este caso no esté referida a la
experiencia personal. Un patrón de conectividad expresaría un
conocimiento a modo de predisposición y esto no sería algo distinto del
concepto de arquetipo elaborado por C. G. Jung. Estos esquemas heredados
servirían como patrones de organización de nuestra experiencia. Sin
duda, un buen punto de partida para ver la relación del psicoanálisis
junguiano y las ideas de algunos neurocientíficos como la del premino
Nobel citado.
Podemos concluir que el desarrollo del
psicoanálisis estos últimos años favorece un diálogo muy importante con
la neurociencia, diálogo del cual extraeremos una visión más compleja,
rica y precisa de la psique humana.
Bibliografía
Castillo, J. y Pastor, J. C. (2010)
Psicología Profunda. Pasado y presente en la práctica analítica. Madrid:
Editorial Manuscritos.
Cordech, J. (2010) La práctica de la psicoterapia relacional. Madrid: Ágora relacional.
Edelman, G. y Tononi, G. (2002) El universo de la conciencia. Barcelona: Crítica
Kandel, E (1999) Biology and the future
of psychoanalysis: A new intelectual framework for psychiatry revisited,
Amer. J. Psychiat, 156: 505-524
Dr. Javier Castillo. Profesor VIU consultor psicología clínica y Psicoanalista
Dr. Antonio Sanfeliu. Coordinador Grado de Psicología VIU y Psicoterapeuta
Dr. Antonio Sanfeliu. Coordinador Grado de Psicología VIU y Psicoterapeuta
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