Los celos son un estado emocional producto del miedo a perder un vínculo o un lugar privilegiado dentro de una relación. Ellos nos acompañan a lo largo de nuestra vida, están presentes desde nuestra edad más temprana.
Existen diferentes tipos de celos, aquellos que aparecen como una señal o síntoma de que algo en la relación no esta funcionando bien. Generalmente se encuentran fundados de datos concretos de la realidad, como por ejemplo la falta de atención, afecto o dialogo por parte de uno de los integrantes de la relación, algún hecho confuso que haga perder la confianza en el otro.
Este tipo de celos a diferencia de los obsesivos por lo general son el motor que llevan al dialogo permitiendo generar nuevos acuerdos y aclarar las cosas. Comúnmente solo se tratan de una demanda de amor que no es difícil de subsanar, pero que debe ser atendida
Los celos patológicos por su parte son aquellos que se sustentan en una concepción errónea de lo que es una relación afectiva, amar o querer se confunde con tener o poseer. Es el afán enfermizo de que el otro sea solo para mí.
En ellos hay un control obsesivo, violencia y acosos infundados, ya que la persona tiende a ver un tercero constantemente donde no lo hay, producto de su baja autoestima e inseguridades.
De esta forma lo único que se logra es una relación que se va deteriorando a lo largo del tiempo, la cual en algunos casos puede desembocar en hechos de violencia física, psíquica y moral.
Muchas veces llegan a la consulta psicológica el celado a quién se le hace imposible sostener el vinculo en estos términos y en otros casos el celoso quien da cuenta que si continua con esta forma de relación lo terminara perdiendo todo.
GUSTAVO FERNANDEZ HIACELAY. PSICOLOGO
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