lunes, 16 de mayo de 2011

UN MUNDO DE EMOCIONES / VIDA, AFECTO, MENTE..

Los sentimientos y las pasiones están presentes  en el diario acontecer de los seres humanos;   se manifiestan ante una relación sentimental, una inesperada vivencia familiar, el diario suceder laboral, la anécdota curiosa de un amigo, la sutil estimulación de uno de nuestros sentidos  o cualquier otro evento inesperado que modifique la cotidianidad de nuestros días.
Con alguna frecuencia las personas tienen dificultades para manejarlos y deciden buscar ayuda profesional. A través de este corto escrito se pretende abordar este interesante tema, proponiendo algunas ideas que pueden ser de utilidad para el lector.
Por “Emoción” se entiende el estado afectivo que experimentamos ante un cambio ambiental el cual viene acompañado de alteraciones físicas de origen innato influenciadas por la experiencia. Etimológicamente ese término proviene del latín “Emovere”: Mover al exterior, impulsar algo que proviene de nuestro interior, sacarlo a flote y actuar en consecuencia a ello.
Implica cambios en la respiración, en la postura y en el movimiento corporal, a través de ellos experimentamos una transformación en nuestro estado mental. Se perciben simultáneamente en el cuerpo y en el alma, dan color a nuestra vida, estimulan la curiosidad y la necesidad de descubrir lo nuevo, lo apasionante.
Las emociones suelen tener un papel adaptativo, un ejemplo de esto es la ansiedad o mejor aún el temblor de las manos, la sudoración y la falta de aire que se originan cuando nos enfrentamos a la mirada evaluadora de un grupo. Esta sensación hace que la mayoría se prepare, domine un tema específico y escoja con cuidado las palabras que utilizará para su exposición;  sin este mecanismo permaneceríamos tranquilos, sosegados, serenos, sin interés por aprender o generar conocimiento, corriendo el riesgo de entrar en una etapa monótona y desesperanzadora muy parecida a la desolación.  “La ansiedad mueve al mundo” y en este caso particular se convierte en algo positivo.
Hay un grupo de sensaciones reconocidas por la mayoría de individuos, “las Emociones Básicas”, estas son La Alegría, la Tristeza, la Rabia y el Miedo, las cuatro están usualmente relacionadas entre sí:
La Alegría surge cuando se alcanza un objetivo o a través de una experiencia estética que produce placer,  se experimenta internamente como algo fresco, luminoso, reconstructivo, gratificante.  Elimina aquellas contingencias negativas que se asocian a otro tipo de sensaciones.
La Tristeza por su parte es una expresión de dolor, cuando esta emoción perdura sobreviene el llanto, hay recaída en el estado de bienestar general, se produce abandono de las metas, hay pérdida de interés por el desarrollo de actividades y falta de apetito influenciando de manera determinante la interacción de la persona con el medio.
El miedo es un estado emocional desagradable, natural, nos mantiene alerta, se origina ante la percepción de peligro real o imaginario ocasionado por un evento presente, futuro o pasado.  Incita a la evitación y escape de las situaciones amenazantes.   Es la señal emocional que nos muestra que se aproxima un daño físico o psicológico.
La Rabia emerge cuando el individuo es sometido a situaciones que generan frustración o son  aversivas; bajo la influencia de esta emoción tendemos a pensar peor de los demás, somos menos reflexivos, hacemos juicios basados en características superficiales y en ocasiones reaccionamos con excesiva agresividad física o verbal.
Los sentimientos influyen permanentemente el carácter de las personas, mientras la cultura y la sociedad favorecen o censuran la expresión de algunos de ellos.  Cuando se pierde la función de adaptación que estos tienen pueden volverse nocivos para la salud física y mental, originando un proceso de características patológicas.
Para ilustrar un poco esta apreciación podemos recurrir a un ejemplo: Si un trabajador pierde su empleo, percibirá tristeza a su alrededor y si esta emoción aumenta desproporcionadamente quizás se castigue, se desvalorice y se odie sin tener la posibilidad de afrontar, resolver y “adaptarse” ante este inconveniente.  En este caso estamos enfrentando algunos síntomas de la  condición clínica conocida como “Depresión”.
Como hemos visto, las emociones están presentes en diversos momentos de nuestra vida, llenan el mundo de matices (Algunos claros, otros mucho más oscuros).  Bien encaminadas nos permiten crecer y disfrutar nuestro entorno, cuando se salen de control, influencian de manera negativa, “Nos enferman”.
Es posible que en ese instante el apoyo de un experto sea la diferencia entre vivir bien o perder el estímulo para vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario