viernes, 22 de febrero de 2013

PSICOANALISIS: Transformas no lo que Eres sino tu Manera de SER

PSICOANALISIS: Transformas no lo que Eres sino tu Manera de SER: Transformas no lo que Eres sino tu Manera de SER   Neurociencia , Psicología Lecciones de Mario Alonso Puig Parte II: Tr...

Transformas no lo que Eres sino tu Manera de SER


Transformas no lo que Eres sino tu Manera de SER


Lecciones de Mario Alonso Puig
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Parte II: Transformas no lo que eres sino tu manera de SER
Mario Alonso Puig, en su último libro, «La respuesta» (los anteriores han sobrepasado las 12 ediciones y se han traducido a varios idiomas), aborda los problemas que preocupan a la juventud de hoy. ¿Lo mejor de este doctor/comunicador? Que ayuda a encontrar el bienestar con palabras.
¿Abandonó la cirugía para dedicarse al mundo de la mente cuando descubrió que se puede curar con palabras?
Antes de hacer la carrera de Medicina tuve la fortuna de comprarme el libro del famoso médico y antropólogo Pedro Laín Entralgo «Relación médico-enfermo», en el que se habla sobre la capacidad de algunos médicos de curar a los enfermos a través de la palabra. Este descubrimiento, según el cual las palabras generan transformaciones muy profundas incluso en el físico, que se hizo siete siglos antes de que naciera Cristo, me impactó mucho. Cuando entré en la facultad y vi que me hablaban de órganos y enfermedades, pero no de personas, como me parecía muy importante empecé a estudiarlo por mi cuenta y topé con una ciencia que se llama psico –neuro-endocrino–inmunología. La mente (psique), a través del sistema nervioso (psico neuro), utilizando el sistema hormonal (endocrino), consigue afectar al sistema defensor del cuerpo (la inmunología).
¿Esto se ha contrastado científicamente?
En Medicina se han hecho estudios en los cuales, cuando se hace leer palabras negativas a un sujeto, fuera de contexto –es decir, sin que formen parte de historias tristes–, como «soledad», «pena» o «depresión», y se les ha sacado sangre o una muestra de saliva a esa persona, se ha visto que el nivel de la hormona del cortisol se había elevado intensamente. El cortisol también sube en situaciones de miedo, ira, resentimiento y frustración. No es lo mismo que en la sangre esté circulando el cortisol a que fluya por ejemplo la serotonina, que es la hormona de la calma, o la dopamina, la hormona de la confianza. Por eso hay que cuidar mucho las palabras.
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En su penúltimo libro, «Ahora yo», nos invita a tomar las riendas de nuestra propia vida. ¿Nunca es tarde para conseguirlo?
Yo creo que la transformación de la persona pasa por cuatro fases. La primera es conocernos, la segunda, comprendernos, la tercera aceptarnos y la cuarta, superarnos. Si yo no paso tiempo conmigo mismo, reflexionando, no puedo conocer ciertas cosas de mi vida, ni puedo comprender ciertas reacciones; si no las comprendo, ¿cómo las voy a asumir y aceptar? Si no las acepto ni asumo y las rechazo ¿cómo las voy a superar? Tú transformas, no lo que eres, sino tu manera de ser. Siempre hemos pensado que la genética estaba escrita en piedra, que nuestros genes determinaban cómo éramos, pero ahora sabemos que no, gracias a la epigenética, que antes era casi tabú y que hoy los científicos citan constantemente. A través de la epigenética se sabe que el entorno, nuestra forma de pensar, y nuestras emociones pueden hacer que unos genes se activen y otros se desactiven. Imagínate el impacto que esto tiene, no sólo en cuanto a la posibilidad de evitar enfermedades, sino en el de sacar a flote todo nuestro potencial.
Pero hay personas que tienen una mayor capacidad para salir adelante que otras ¿no?
Claro. Todos somos diferentes. Pero no se trata de compararnos, sino de decir ¿cuál es mi mejor yo? ¿Cómo puedo aflorar la mejor persona que existe dentro de mí?
Podemos reinventarnos como personas individuales… ¿y también como sociedad?
Por supuesto. Si nos hiciéramos una única pregunta, que es ¿qué podemos hacer juntos para crear un futuro mejor?, y nos la tomáramos en serio, saldríamos fortalecidos de cualquier situación, porque es una invitación a la cooperación, a la generosidad, a la justicia, a la autenticidad. ¿Por qué? Porque ya no estoy pensando sólo en mí, en lo que me conviene y me sirve para conseguir unos fines. Estoy pensando en el conjunto que somos.
¿No hay demasiados intereses individuales como para poder hacer eso?
Sí. Por eso es importante y urgente volver al humanismo. La sociedad que hemos construido mira al ser humano sencillamente como medio para aumentar el capital y de eso no cabe esperar nada bueno. Así ningún medio de producción que se ponga en marcha será suficiente para la codicia y la avaricia de unos pocos.
¿Lo más importante para salir adelante es la voluntad?
Yo creo que es más importante aún la responsabilidad, que quiere decir que yo me doy cuenta de que algo debe ser hecho y yo empiezo a hacerlo. Lamentablemente, muchas veces cuando hacemos cosas que no están bien, esperamos que otros lo solucionen, y con frecuencia eso no sucede. Cada uno de nosotros nos podemos preguntar qué podemos hacer para mejorar esas situación. No podremos hacer todo, pero sí algo. La posición de víctima, por muchas razones y justificaciones que existan, no sirve para nada. ¿Cómo es posible que los guerreros del Kalahari, que viven situaciones realmente tremendas de dificultades o de hambruna, salgan adelante y sean un pueblo feliz? Porque han cambiado los «es ques» por los «hay ques».
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¿El ser humano es libre?
El ser humano no tiene una libertad completa, pero sí tiene una libertad real. Sí puede elegir cómo se relaciona con lo que le está pasando. Ese punto es la libertad.
Dicen que el miedo coarta mucho la libertad y vivimos tiempos de mucho miedo.
Sí. Pero vamos a ver, la destrucción de los centros del miedo haría que no pudiéramos sobrevivir. Ser valiente no es lo mismo que ser insensato. La valentía no es la ausencia de miedo, sino la capacidad de avanzar pese al miedo.
Pero puede mermar la capacidad de liderazgo ¿no?
Por supuesto. No la merma cuando invita a la sensatez, porque ayuda a ver las cosas con una perspectiva correcta. Ahora bien, cuando el miedo toma un nivel superior produce cambios muy profundos en el cerebro. Una persona cautivada por el miedo no puede pensar con claridad, no puede ser creativo, no puede aprender, no puede tomar decisiones.
¡Parece que habla de nuestros políticos!
En la época de Platón se formaba a los políticos y la Academia eran 20 años de formación. Platón consideraba que el gobierno de los pueblos era de tanta importancia que sólo personas especialmente bien formadas y con una gran generosidad y un gran deseo de generar prosperidad tenían que entrar en el arte de la política. ¿Es difícil dar esa talla? Yo creo que sí. Pero en este caso, tal exigencia va con el puesto.
En todo caso los políticos son un reflejo de la sociedad… Y la sociedad actual es muy poco auténtica.
Si como sociedad no aprendemos a ser auténticos, no tenemos futuro. En los momentos más difíciles hay que aferrarse a los valores y la autenticidad y la transparencia son dos valores que no depende ya de la cultura; están en nuestra propia naturaleza.
Donde está «La respuesta» a la desconfianza que genera esa falta de autenticidad en nuestra sociedad.
«La respuesta» es un libro que yo he escrito como propuesta de hacer una reflexión de lo que da a nuestra vida autenticidad y sentido, no tomando como base la cultura o a la historia, sino lo que está inscrito en nuestra naturaleza humana. Igual que hay principios biológicos que no hay que traspasar para no dañar al organismo, hay cuestiones que no se deben sobrepasar porque hacen daño a la sociedad. Si sacamos de la ecuación al ser humano y ponemos al «dios Mercado», nos encontramos con muchos de los problemas actuales. No podemos quedarnos en una situación donde reina la economía y hay un problema profundísimo de ética, de conciencia, de cómo nos vemos los unos a los otros. Como sociedad y como individuo debemos hacer una reflexión y saber qué debo hacer yo para mejorar mi situación.
FUENTES:

viernes, 15 de febrero de 2013

PSICOANALISIS: Capitalismo, enfermedad mental y suicidio

PSICOANALISIS: Capitalismo, enfermedad mental y suicidio: Capitalismo, enfermedad mental y suicidio Miles se suicidan cada año, y otras tantas sufren enfermedades mentales relaci...

Capitalismo, enfermedad mental y suicidio

Capitalismo, enfermedad mental y suicidio

suicidioMiles se suicidan cada año, y otras tantas sufren enfermedades mentales relacionadas no sólo con la estructura del capitalismo sino también con su esencia represiva.

La psicología se ha encargado en señalar otro problema que genera el capitalismo (1), un sistema criminal que ha llevado al incremento de enfermedades y trastornos mentales. Una de cada cuatro personas padece alguna enfermedad mental (2) relacionada con las condiciones de trabajo o estudio – habría que recordar los suicidios en France Telecom, así como los numerosos suicidios de adolescentes que sufren problemas en el instituto -, con los problemas económicos derivados de la sociedad consumista o la depresión, principal causa del suicidio. En el Estado español, 400.000 personas padecen esquizofrenia (3). La mitad de las personas que necesitan tratamiento psicológico o psiquiátrico no lo recibe (4).
Cabría preguntarse si existe relación entre la estructura económica (5), las prácticas de biopoder y la cultura del sistema capitalista y el incremento de enfermos mentales que ha detectado la Organización Mundial de la Salud (OMS). Resulta necesario buscar qué personas son más afectadas por los trastornos mentales. Dos franjas de edad son realmente significativas: el final de la adolescencia, cuando se presenta el mundo real y cruel al individuo, y la edad mediana, cargada de responsabilidades laborales, familiares y de pareja así como de la máxima incidencia del rol social (6). En el plano cultural debemos señalar la música y la literatura como reflejo de la angustia existencialista que sintieron personas que padecían alguna enfermedad mental, como el depresivo Kurt Cobain. Las letras de las canciones del movimiento grunge, nacido a finales de los años 80, trataban precisamente de la incomprensión, el aislamiento y de una profunda angustia. La literatura y en especial el movimiento del realismo sucio han mostrado qué papel tan importante desempeña el status social. Los relatos de John Cheever o Raymond Carver están repletos de personas adultas que aparentan ante sus vecinos solamente por sentirse superiores; de borrachos que guardan luto por un abandono, de parejas y familias que se desmoronan y de suicidios (7).
eneroCon respecto al primero rango de edad, el final de la adolescencia o la propia pubertad, habría que apuntar varias cuestiones. El acoso escolar lo sufren uno de cada cuatro alumnos en el Estado español, con especial incidencia en estudiantes LGTB. El capitalismo propicia sociedades heterocentradas (8) a través de la cultura y la publicidad y la educación, que condenan una sexualidad diferente. El sistema educativo ha traído problemas como el fracaso escolar; el profesor es un tirano que coarta las capacidad creativa del alumno, que se ve obligado a seguir la linealidad del capitalismo nace – estudia – produce – muere convirtiéndose en el resultado de las líneas de producción del capitalismo (9); un alumno que debe vestirse y comportarse de una forma semejante a la sus compañeros, totalmente obnubilados por el consumismo (10). Una vez que el alumno ha abandonado el infierno del instituto, se encuentra con la educación superior o con que es incapaz de encontrar empleo.
Los adolescentes son la imagen perfecta de la alienación. Mientras que los chicos acuden al gimnasio para moldear sus músculos, como los futbolistas, las chicas se engalanan de tal forma que parecen llevar un cartel que dice Cómprame; son víctimas de fobias sociales, del miedo al fracaso y a la opinión de los demás hasta el punto de que necesitan actuar y estar siempre bien, lo que evidentemente es imposible. En la mayoría de los casos, la esquizofrenia aparece en los últimos años de la pubertad (11). Se ha reconocido la influencia de los factores ambientales en el desarrollo de la esquizofrenia. Gilles Deleuze y Félix Guattari relacionaron la aparición del capitalismo con los primeros casos diagnosticados de una enfermedad parecida a lo que hoy se denomina esquizofrenia. Nunca una discordancia o un disfuncionamiento anunciaron la muerte de una máquina social que, por el contrario, tiene la costumbre de alimentarse de las contradicciones que levanta, de las crisis que suscita, de las angustias que engendra, y de operaciones infernales que la revigorizan: el capitalismo lo ha aprendido y ha dejado de dudar de sí mismo […] Nunca se ha muerto nadie por contradicciones. Y cuanto más ello se estropea, más esquizofrenia, mejor marcha, a la americana (12). El capitalismo está relacionado con la esquizofrenia, también con la neurosis y el suicidio. El sistema expulsa a los individuos que no le son útiles (13). Antes del surgimiento de la producción mecanicista, de las urbes masificadoras y del orden familiar desestructurado, no existía la esquizofrenia como tal.
Cada año se suicidan miles de adolescentes. Uno de los casos más llamativos es Japón, donde los suicidios tienen una considerable cobertura mediática, al contrario que en el Estado español. En Japón se conoce como ijime al acoso escolar. En una zona del Monte Fuji se rescata cada año 70 cadáveres de supuestos suicidas (14). En el Estado español se quitan la vida entre nueve y diez personas cada día, convirtiéndose en la primera causa de muerte violenta en el mundo (15). Pero dichas muertes no aparecen en los medios de comunicación sino como alarmantes artículos que denominan al suicidio como la pandemia del siglo XXI. El suicidio en el año 2011 es una consecuencia del sistema capitalista que margina, aparta y vapulea a los individuos que no encajan en la sociedad materialista y represiva. La principal causa de suicidio en los adolescentes es la depresión; el joven entra en un terrible proceso de autodestrucción y empieza a concebir la vida como un sufrimiento continuado. El capitalismo impide que podamos realizar nuestros deseos dado que debemos ser productivos y seguir los dictados de la cultura consumista; el sistema trasforma la naturaleza en paisajes de factorías grises, elimina el erotismo y reduce los sueños a un imposible. Émile Durkheim entiende el suicidio como un hecho social y, por ende, prima las causas sociales a las psicológicas; lo que puede resultar acertado dado que la enfermedad mental, en un grado considerable, se desarrolla un determinado contexto social. Durkheim vislumbró que las comunidades judías, con mayor cohesión y responsabilidad social, tenían una menor tasa de suicidios que los católicos y que, a su vez, en las comunidades católicas había menos suicidios que en las protestantes (16).
sociedadespectaculoSiguiendo la idea de Michael Foucault de que el sistema aísla a cada individuo en su casa, y después en su cuarto, habría que señalar que otra de las causas de la depresión y del suicidio es precisamente el aislamiento de un sujeto que acusa la falta de cohesión social.
Hablamos de una sociedad individualista y materialista, la del capitalismo. Las modas irrumpen en la debilitada personalidad del individuo del sistema, es decir, de aquél que se guía de forma inconsciente por los canales abstractos de la represión, creándose de esta forma una psiquis constantemente en tensión ante las imágenes, marcas, hábitos y estilos estéticos. No es raro que dichas personas sueñen con productos, adquisiciones o personajes deseados por el subconsciente. Solamente hay que prestar atención al lanzamiento de un nuevo objeto, ya que, previamente habiendo sido bombardeado por la intensa maquinaria publicitaria, nacerá la necesidad de comprarlo. Son los paisajes de psicosis masiva en la que decenas de personas se pelean por hacerse con la última unidad disponible (ese día) de un libro, por ejemplo, o aquella multitud que hace cola durante días enteros para ser los primeros en poseer un determinado bien o servicio. Pero… ¿Quién posee a quién? Partiendo del supuesto de que el consumo máximo e intensivo no es porque ahora necesitemos materialmente más que antes, ya que, al fin y al cabo, las condiciones indispensables de consumición únicamente han variado subjetiva y artificialmente en el tiempo, llegamos a la idea de que buena parte de la sociedad no trabaja sólo para obtener una vida digna, sino para poder acceder a los requisitos de la felicidad del capitalismo, de la opulencia, del lujo y el derroche. Mientras, millones de personas pasan hambre sin tener la suerte de tener algo que llevarse a la boca. Y es que, el capitalismo, fundamentado en las contradicciones sociales y económicas – para muestra el crack del 2008 –, suscita una percepción de inferioridad, que no de desigualdad, entre los trabajadores que no pueden obtener ese equilibrio medio de gasto continuado (17).
De nuevo debemos referirnos a la literatura para encontrar un reflejo de los achaques de la sociedad materialista en la que vivimos. Podríamos citar a varios escritores aun he decidido escoger, por su extraordinaria habilidad narrativa, a Foster Wallace y su relato El neón de siempre (18). En la narración se nos presenta una persona que tiene lo que siempre ha deseado; posee un buen trabajo y recursos suficientes. Sin embargo, nunca se ha sentido feliz ni ha podido disfrutar de la vida; estaba demasiado preocupado en la imagen que los demás tuvieran de él. Tanto es así, que es incapaz de mostrarse tal como es ni siquiera ante su psicoanalista. En los relatos de Foster Wallace es habitual encontrase con personajes que visiblemente padecen enfermedades mentales, tales como la depresión. El propio escritor acabaría suicidándose. Todo el mundo está solo – escribe – confirmando la hipótesis de que el sistema capitalista aísla a los individuos hasta encerrarlos en un ciclo perpetuo de pensamiento negativo que puede llegar a somatizarse. Cabría citar también a Bukowski o John Fante, igualmente geniales.
La locura fascina porque es saber dice Foucault, que enuncia los saberes despojados como aquellos que no se ajustan a la discursiva científica y que resultan de la sapiencia popular o del saber de los locos. Los saberes olvidados – como la filosofía- son desprestigiados, tomados como ingenuos e inservibles. El autor va a poner de manifiesto la relación entre saber y Poder: expone la manera en la que surge un discurso (una literatura psiquiátrica) que hace científica la locura. La filosofía occidental ubicó el conocimiento de tal forma que estuviese separado e inmunizado del Poder, cuestión equivocada según Foucault. Es la concepción errónea de Platón de un político como pastor de hombres que es capaz de dejar a un lado el Poder (19).
El arte está contagiado por la enfermedad mental, como hemos explicado antes con respecto a Foster Wallace; por personas que rechazan la cultura dominante y que expresan su creatividad no sólo en la escritura sino también en la música y las artes plásticas. La angustia fue representada con gran habilidad por Edvard Munch, un artista educado de forma represiva por su padre, en su famosa obra El grito. Numerosos artistas acabarían suicidándose, cada uno por sus propios motivos. Kurt Cobain siempre deseó convertirse en estrella de rock y, cuando lo consiguió, su angustia aumentó hasta el punto de que acabaría por suicidarse. Camus escribió No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio. Juzgar si la vida vale o no la pena de que se viva es responder a la pregunta fundamental de la filosofía (20). A través de los medios de comunicación, el cine y los anuncios el sistema expresa ideas como las siguientes: ¡Puedes conseguir todo lo que te propongas! ¡Existe la igualdad de oportunidades! cuando lo cierto es que los sueños existenciales resulta casi imposible cumplirlos.
violenciatrabajoEl ser humano en la cultura Occidental es funcional y productivo. Ocupa gran parte de su vida en el trabajo. Marcuse señala Si diez horas se dedican a la preparación, transportes y trabajo, y ocho horas para las funciones básicas restan del día seis horas para el desarrollo ocioso del hombre (21) de las cuales habría que descontar el tiempo que ocupamos en abastecernos en las tiendas, en la familia y las tareas del hogar, entre otras cuestiones. El ser humano no puede desarrollarse debido a las grandes enajenaciones a las que se ve sometido; se convierte en un medio más de producción cuya función viene pre-asignada por la dominación y la subyugación al principio de la realidad, siguiendo términos freudianos. No hay una contraposición entre el principio de placer y el principio de actuación (trabajo en este caso) sino entre el principio de placer y el trabajo que enajena. La dominación de la cultura occidental se manifiesta llegando a dirigir al ser así como sus apetitos, valores, creatividad, genitalidad e incluso el curso fantasioso de la imaginación (22). Con la crisis económica, los recursos para el ocio se han reducido dado que falta trabajo. La pérdida de empleo constituye, junto con el alcoholismo y el consumo de sustancias psicoactivas o psicotrópicas, uno de los factores de riesgo del suicidio.
En el rango de edad mediana, la separación que degenera en una profunda depresión es otra causa de suicidio. Rafael Santandreu apunta que a su consulta de psicología cognitiva acuden personas que han perdido a su cónyuge y que dicen necesitar a alguien (23). Transforman la realidad para originar necesidades. Nadie necesita una pareja; lo único que necesitamos realmente es alimento y bebida, vestimenta y una vivienda o techo. Santandreu concluye que este tipo de pensamiento conduce a la neurosis; una enfermedad social, según Foucault, que se desarrolla en un individuo con determinadas características psicológicas. Sin embargo, para Foucault hay ciertas condiciones sociales del medio en que vive el individuo que sufre neurosis. Las enfermedades mentales son consecuencia, o al menos un factor desencadenante, del medio social y de los mecanismo de Poder del sistema capitalista.
La pobreza es otro factor de riesgo del suicidio. El colectivo inmigrante se ve especialmente afectado por la pobreza y el racismo de Estados como el italiano o el español. Según el Institut de Drets Humans de Catalunya El colectivo inmigrante es uno de los que más está sufriendo las consecuencias de la crisis económica actual: paro, precariedad, dificultad para regularizar su situación… Sin embargo, diversas medidas y declaraciones políticas que están apareciendo en los medios últimamente culpabilizan a los/las inmigrantes de esta situación (24). Los inmigrantes sufren más la actual crisis económica; la tasa de paro es mayor en este colectivo, que antes del estallido de la crisis en 2008 realizó trabajos precarios, en muchas ocasiones en situación irregular y con elevado riesgo laboral. La mitad de los muertos por accidente laboral en Madrid durante el año 2006 fueron inmigrantes (25).
En cuanto al sexo, los hombres son más efectivos que las mujeres a la hora de quitarse la vida (26). Los antecedentes familiares de suicidio son otro importante factor. Los padres y madres juegan un importante papel en la salud mental de sus hijos. Según la Organización Mundial de la Salud los maltratos en la infancia también tienen influencia.
Si hacemos un pequeño comentario histórico del suicidio; en la antigua Roma era considerado como un acto honroso; por el contrario, para las religiones islámica, católica y judía el suicidio es condenable. Después paso a considerarse un acto romántico, especialmente en la literatura. Con la llegada del capitalismo y de los medios de comunicación, el suicidio se oculta. En las encuestas sobre felicidad los ciudadanos del Estado español se declaran muy felices o bastantes felices, lo que resulta difícil de creer (27).
La estructura económica del capitalismo incide, claramente, en la enfermedad mental y el suicidio pero es la propia esencia represiva del sistema la que reprime el deseo, no sólo para los otros, sino en sí mismo, ser el polizonte de los otros y de uno mismo, eso es lo que pone en tensión, y ello no es ideología, sino economía. El capitalismo posee la potencia del fin y del interés (del poder), pero siente un amor desinteresado por la potencia absurda y no poseída por la máquina. ¡Oh! En verdad, no es para él ni para sus hijos que el capitalista trabaja, sino para la inmortalidad del sistema. Violencia sin finalidad […] comentan Gilles Deleuze y Félix Guattari (28), que describen al esquizofrénico como una máquina de deseos en la que se insertan distintos cuerpos; unos brazos, por ejemplo.
El proceso de socialización, dividido en dos fases, toma una especial transcendencia. El primer proceso se produce en la fase más temprana de vida y es el más importante. La conflictividad entre psique y soma es tangible en las contraposiciones violentas entres los principios de placer, actuación, realidad y muerte. Expliquemos brevemente unos conceptos necesarios para comprender la dominación del sistema en el individuo. Id es el estado original del ser; cuando nace un niño sus instintos fluyen inapelablemente libres y generan un monstruo original y destructor donde la libido y el erotismo son posibles. Ego es el estado subsecuente del id; es ocasionado por los padres para que el niño viva en la civilización capitalista, relacionándose con su entorno sin sembrar la destrucción. El ego crea el consciente, el cual es imbuido por los flujos sociales; esto impide la realización de los instintos básicos del ser humano y desfasa la línea pasado – futuro. El súper – ego es el desarrollo del ego; que crea conflictos con el entorno, viéndose obligado a subsanarlos. Una vez conocidas tales definiciones puede observarse que la cultura sería una concatenación subsecuente originada por la civilización, que consigue que los instintos básicos del hombre (principio de placer) sean maniatados y sustituidos por el principio de actuación. El hombre está definido funcionalmente y su sometimiento al principio de actuación produce que el dolor supera al placer. A esto último accede el hombre dada su conciencia capitalista, que profesa que debemos reprimir nuestros deseos; debemos aceptar irremediablemente nuestra preestablecida tarea socio – productiva (29) (30).
Marcuse señala Las formas de dominación han cambiado: han llegado a ser cada vez más técnicas, productivas e inclusive benéficas; consecuentemente, en las zonas más avanzadas de la sociedad industrial, la gente ha sido coordinada y reconciliada con el sistema de dominación hasta un grado imprecedente (31). Este filósofo llega a condicionar la posibilidad de que la civilización represiva acabe y se liberen los instintos básicos del hombre, al cambio social (32). Pues bien, desde que Marcuse escribió esto en 1955 no ha llegado a producirse un cambio social que acabe con la represión del sistema capitalista.
Como conclusión al artículo: el sistema capitalista es un sistema asesino, que reprime y expulsa a los individuos que no le son útiles; que carga sus mecanismos de biopoder, que intenta perpetuarse a través de una maquinaria social que se alimenta de contradicciones. Desgraciadamente miles de personas se suicidan cada año, y otras tantas sufren de enfermedades mentales que están relacionadas no sólo con la estructura económica del capitalismo sino también con su propia esencia represiva.
Notas:
1. No voy a referir aquí las injusticias del sistema capitalista, que se encuentran recogidas en numerosos ensayos críticos que abarcan desde la cosificación de las personas hasta la patente desigualdad social.
2. Organización Mundial de la Salud (2005). Mental Health: facing the challenges, building solutions.
3. Asociación Mundial de Psiquiatría (2007). La esquizofrenia abre las puertas.
4. Ministerio de Sanidad y Consumo (2006). Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud.
5. Honrubia Hurtado, P. A. (2009). Alienación consumista y enfermedad mental en el Capitalismo: Análisis dialéctico de una relación evidente. El autor denuncia la relación existente entre la estructura económica consumista – capitalista y el desarrollo de problemas de tipo psicológico – existencial.
6. Center for Disease Control and Prevention (2010). Current Depression Among Adults, United States, 2006 and 2008.
7. La música y la literatura están relacionadas en este caso. Kurt Cobain, líder de la banda Nirvana, componía sus canciones a través de una técnica literaria denominada Cut – up hasta el punto de que su obra guarda semejanza con la del escritor William Burroughs.
8. Recomiendo el ensayo de Beatriz Preciado Manifiesto contra – sexual (2000) para entender los mecanismos heterocentristas.
9. Señalar el declive de las carreras de letras, en detrimento del tecnicismo que ha acentuado el Plan Bolonia.
10. Las empresas de publicidad conocen que las mentes de los jóvenes son más sensibles a la publicidad. Pretenden construir una pulsión; convierten el consumo en una necesidad que, de no verse satisfecha, generará malestar.
11. Datos de la Universitat de Lleida. Estadísticas relacionadas con la esquizofrenia.
12. Deleuze, G. y Guattari, F. (1972) El Anti Edipo. Colección Capitalismo y Esquizofrenia. Paidós año 1972.
13. Ibídem cita 5. Honrubia Hurtado señala: Si, por h o por b, no eres apto para el sistema, el sistema no sólo te golpea hasta derribarte, sino que, una vez que estás en el suelo, te pisa hasta rematarte, mediante la propia acción social del entorno en el que nos vemos envueltos.
14. Datos recogidos por Esteban Miyahira en el blog http://www.enjapon.info
15. Elena Mengual. Suicidios, la epidemia del siglo XX: El Mundo (30/10/2011) http://www.elmundo.es/elmundo/2011/10/27/espana/1319712105.html Consulta: 15 de noviembre de 2011.
16. Durkheim, E. (1897). El suicido.
17. Atobas, V. (2010). Capitalismo: Consumo y esquizofrenia.
18. Foster Wallace, D. (2004). Oblivion: Stories. Little.
19. Atobas, V. (2010). ¿Qué es Poder? Edición Corregida. Artículo publicado en www.estaticateorica.blogspot.com
20. Camus, A. El mito de Sísifo (1942).
21. Marcuse, H. Eros y civilización (1955).
22. Atobas, V. (2009). La Poliédrica. Autoedición.
23. Santandreu, R. (2011). El arte de no amargarse la vida: Las claves del cambio psicológico y la transformación social. Oniro.
24. Institut de Drets Humans de Catalunya (2010).
25. Datos del sindicato Comisiones Obreras (2007).
26. Ibídem cita 15.
27. Manjavacas, M. (2006). La felicidad de los españoles se apoya en la familia y la salud. Revista Índice. Número 14, pp. 6. Comentario: En este artículo se comentan los datos del CIS, y se refiere que el 78% de los ciudadanos del Estado español se declaran muy felices o bastante felices, mientras que el 6% se declara desgraciado.
28. Ibídem cita 12.
29. Freud, S. (1929). El malestar de la cultura.
30. Ibídem cita 22.
31. Ibídem cita 21.
32. Marcuse apunta en Eros y civilización que la automatización haría posible una inversión entre el tiempo de trabajo y de ocio.
Escrito por Víctor Atobas.
Extraído desde: La Haine

lunes, 4 de febrero de 2013

EL PODER SUBCONSICIENTE DE TUS CREENCIAS

El poder subconsciente de tus creencias

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Las creencias son una fuerza muy poderosa dentro de nuestra conducta. En muchos casos son subconscientes, y afectan a la percepción que tenemos de nosotros mismos, de los demás y de las cosas y situaciones que nos rodean.
Las creencias se forman a partir de ideas que confirmamos o creemos confirmar a través de nuestras experiencias personales.
En términos generales las creencias son asignaciones de significado o de causa, que nos sirven para organizar nuestra percepción y explicar acontecimientos del pasado, del presente y prever los del futuro. Su función es dar un sentido a los actos, de poner en marcha capacidades y conductas.
Una creencia es el sentimiento de certeza sobre el significado de algo. En ocasiones las valoramos en función de si las consideramos verdaderas o falsas. Con las creencias sucede algo parecido a lo que sucede con los juicios, (de hecho una creencia es un juicio que está profundamente arraigado, con frecuencia en el plano subconsciente). Un juicio no puede valorarse en términos de verdadero o falso, sino en términos de si está fundamentado o no.
La distinción más valiosa respecto a las creencias está en el efecto que producen sobre nosotros, las creencias pueden ser LIMITANTES o por el contrario pueden ser POTENCIADORAS de nuestras habilidades y recursos.
Todos sabemos cómo tomar decisiones dentro de la estructura de nuestras creencias. Pero a veces nos encontramos en callejones sin salida cuando tratamos tratar de alcanzar nuestras metas o manifestar nuestros deseos. Tal vez podamos expresar lo que queremos, pero simplemente parece que no podemos lograrlo, ya se trate de una cantidad determinada de dinero, una carrera satisfactoria, una relación,  o un cierto nivel de aptitud física.
En tales situaciones frustrantes, las responsables son a menudo nuestras creencias. Las creencias limitantes nos impiden lograr lo que queremos, disminuyendo la probabilidad de que alcancemos nuestros objetivos.
Tratar de alcanzar una meta con una creencia limitante es como escalar una montaña llevando una mochila de 40 kilos. Puedes comenzar con entusiasmo, pero pronto cada paso será más difícil y doloroso,  el progreso será lento, a paso de tortuga. En lugar de sobreesforzarte a ti mismo para subir más, una mejor opción sería la de ALIGERAR la mochila cambiando la creencia limitante que te retiene.
Mientras tengamos la certeza que son la verdad, vamos a vivir en función de ellas, y nos vamos a limitar de hacer alguna cosa que desearnos hacer pues las damos como la verdad absoluta.
Seguramente ya sabes que eres libre de elegir tus acciones (respetando las restricciones físicas que puedas experimentar en la actualidad). Y, por supuesto, tus acciones tienen consecuencias. Si realizas una acción y observas una consecuencia negativa, el sabio consejo sería hacer una acción diferente.
Lo que es posible que no sepas es que TAMBIÉN eres libre de escoger tus creencias. De hecho, eres aún más libre de elegir tus creencias que tus acciones, ya que no tienes por qué preocuparte de creer lo que quieras. Pocas personas, sin embargo, aprovechan al máximo la libertad de cambiar sus creencias. Sus creencias tienen consecuencias al igual que sus acciones, y las consecuencias no son siempre positivas.
¿Cómo sabes cuando una creencia está produciendo consecuencias negativas? Busca las áreas de tu vida donde no has podido lograr los resultados deseados, incluso después de probar diferentes enfoques.
Sigues realizando acciones diferentes, sistemas o métodos, pero nada parece funcionar. Lo más probable es una creencia limitante lo que te impide lograr lo que quieres.
Muchos de los problemas que no pueden ser resueltos a nivel de las acciones pueden ser fácilmente resueltos en el nivel de las creencias. Sustituir esa creencia limitante por una nueva creencia (que no te limite) te permitirá realizar acciones diferentes, lo que producirá resultados diferentes.


FUENTE: http://blog.pnlbarcelona.com/2011/08/las-creencias-limitantes-o.html