martes, 25 de febrero de 2014

PSICOANALISIS Y REALIDAD: CÓMO “CURA” EL PSICOANÁLISIS

PSICOANALISIS Y REALIDAD: CÓMO “CURA” EL PSICOANÁLISIS: “Tanto en Winnicott como en Kohut el problema principal es la relación con la madre, con el ambiente y con el amor, no con el complejo ...

PSICOANALISIS Y REALIDAD: CÓMO “CURA” EL PSICOANÁLISIS

PSICOANALISIS Y REALIDAD: CÓMO “CURA” EL PSICOANÁLISIS: “Tanto en Winnicott como en Kohut el problema principal es la relación con la madre, con el ambiente y con el amor, no con el complejo ...

CÓMO “CURA” EL PSICOANÁLISIS



“Tanto en Winnicott como en Kohut el problema principal es la relación con la madre, con el ambiente y con el amor, no con el complejo de Edipo (…)

En síntesis, el proceso analítico es una nueva oportunidad de desarrollo. El analista se vale para ello de la interpretación construida y formulada empáticamente. El paciente se siente comprendido y experimenta una relación con un objeto de self que es capaz, a diferencia de lo que le sucedió en su infancia, de proporcionar no sólo la comprensión y el cuidado necesarios, sino también la frustración óptima cuyo resultado será la internalización transmutadora. Es a través de ella que el individuo obtendrá las funciones de los objetos de self que le brindarán autonomía y madurez (…)

Klein dice que es muy importante contar con una buena madre externa, capaz de ofrecer cuidado y amor, ya que inexorablemente todos tenemos una mala madre interna, producto de nuestros sentimientos agresivos. El problema que, a nuestro juicio, plantea esta formulación, rigurosamente cierta en muchos sentidos, es que pueden descuidarse características de los padres reales que son perturbadoras en el desarrollo mental de sus hijos. Las teorías que ponen todo el acento en las características reales de los padres como explicación de la patología, constituyen, en su vuelco exagerado hacia el ambientalismo, un contrapeso a los puntos deficientemente teorizados respecto a la realidad externa en el modelo kleiniano.

Es común a la experiencia de todo psiquiatra o psicoanalista encontrar que los pacientes graves, psicóticos, fronterizos, perversos, etc. han tenido padres sumamente perturbados o padecieron cuando pequeños experiencias traumáticas, separaciones precoces, abandonos o maltratos.”

(Norberto M. Bleichmar y Celia Leibermann de Bleichmar,
El Psicoanálisis después de Freud)

http://es.scribd.com/doc/89682131/El-Psicoanalisis-Despues-de-Freud

PSICOANALISIS Y REALIDAD: (Nathan Schwartz-Salant, The borderline personalit...

PSICOANALISIS Y REALIDAD: (Nathan Schwartz-Salant, The borderline personalit...: “El término `límite’ [borderline] describe un particular síndrome psicológico (…) La persona que es límite tiene un problema con el p...

(Nathan Schwartz-Salant, The borderline personality : vision and healing, pag. 47, 50-51, 117, 123, 131, 171, 198)

“El término `límite’ [borderline] describe un particular síndrome psicológico (…) La persona que es límite tiene un problema con el poder; él o ella está poseída por la necesidad de controlar lo inconsciente (…) [Es característica] la obsesión del paciente con el poder y el control (…)

El síndrome límite se caracteriza por la negación, la división y la disociación (…) El self de la personalidad límite está constantemente bajo la amenaza del desmembramiento (…)

Quien es límite tiene poca capacidad para jugar con lo inconsciente, para afectarlo mediante la consciencia o para permitir a la personalidad consciente ser influida por lo inconsciente (…) Quien es límite carece de una función transcendente (...)

En alquimia, el estado apagado que sigue a la coniunctio se denomina nigredo. Esta condición es extremadamente pertinente para las situaciones límites de la mente. La nigredo es un proceso doloroso que se experimenta como depresión, pérdida, vacio o tristeza (…)

La desesperación está asociada aquí con la pérdida o la presentida ausencia de la coniunctio (…) La desesperación proviene de la necesidad del paciente de poseer la experiencia de la unión, así como de los recuerdos de la anterior unión perdida.

Lo último posiblemente puede tener su comienzo en un trauma de pérdida en el nacimiento (…) Este trauma inicial es la consecuencia de la primera unión y su pérdida, el trauma continúa elaborándose a lo largo de fases del desarrollo tales como la Posición Depresiva, como ha sido descrita por M. Klein, la subfase de aproximación, dentro de la fase de Separación-Individuación, como ha sido descrita por M. Mahler y la etapa Edípica (…)

La coniunctio es un acontecimiento que puede ser experimentado en el presente (…) Un importante resultado de la coniunctio, ya si ocurre como un acontecimiento consciente o inconsciente, es que conduce a que la imagen del terapeuta sea introyectada por el paciente, y la imagen del paciente sea introyectada por el terapeuta (…) Sin tal contención el paciente se verá imposibilitado para experimentar esa especie de afinidad que impulsa el crecimiento y alienta al paciente y al terapeuta a correr el riesgo de exponer sus áreas vulnerables.

En el sentido de Winnicott, la coniunctio conduce a un `ambiente sostenedor’ (…)

Se puede crear una estructura de self entre dos personas sin que predomine una negativa participation mystique y sin que ninguno de los dos pierda su identidad (…)

El hermafrodita (…) representa la creación de una estructura vincular, similar a lo que Jung llama la función transcendente y Winnicott espacio transicional.”

domingo, 23 de febrero de 2014

PSICOANALISIS Y REALIDAD: (Stephen A. Mitchell y Margaret J. Black, Más allá...

PSICOANALISIS Y REALIDAD: (Stephen A. Mitchell y Margaret J. Black, Más allá...: MELANIE KLEIN – LA POSICIÓN DEPRESIVA Y LA POSICIÓN ESQUIZOPARANOIDE “Según Klein, el problema central de la vida es el manejo y la conte...

(Stephen A. Mitchell y Margaret J. Black, Más allá de Freud)LA POSICIÓN DEPRESIVA Y LA POSICIÓN ESQUIZOPARANOIDE

MELANIE KLEIN – LA POSICIÓN DEPRESIVA Y LA POSICIÓN ESQUIZOPARANOIDE

“Según Klein, el problema central de la vida es el manejo y la contención de la agresión.

La concepción de Klein de la experiencia temprana evoca la imagen de un yo discontinuo, que vacila entre una orientación amorosa hacia otras personas amorosas y dignas de ser amadas y una orientación de odio hacia otras personas que odian y son dignas de odio.

La ecuanimidad emocional, en esta organización más temprana de la experiencia, depende de la capacidad del infante para mantener separados estos dos mundos.

Es crucial que la furia destructiva permanezca contenida dentro de la relación con el objeto malo. Toda confusión entre el objeto malo y el objeto bueno puede resultar en una aniquilación del segundo, lo que sería catastrófico porque la pérdida del pecho bueno dejaría al niño sin protección ni amparo frente a la malevolencia del pecho malo. Klein designó a esta primera organización de la experiencia como posición esquizo-paranoide. Paranoide se refiere a la central ansiedad de persecución, al temor de una malevolencia invasiva proveniente de fuera.

En la posición esquizo-paranoide, el problema de la destructividad inherente al ser humano se resuelve mediante proyección, resultando en una ominosa sensación de persecución, de peligro proveniente de otros.

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Klein denominó el intenso terror y la culpa generados por el daño infligido a los objetos de amor del niño por su propia destructividad como ansiedad depresiva, y la organización de la experiencia en la que el niño se relaciona, tanto con amor cuanto con odio, hacia objetos enteros como la posición depresiva.

En la posición depresiva, más integrada y más adelantada en el desarrollo, la poderosa fuerza de la inherente destructividad del ser humano genera un pavor ante el impacto de la propia furia del niño en aquellos a quienes ama.

Para ser capaz de conservar enteros sus objetos, el niño tiene que creer que su amor es más fuerte que su odio, que puede deshacer los estragos de su destructividad.

La perpetua destructividad hacia los que queremos representa una fuente continua de ansiedad depresiva y de culpa, así como una interminable necesidad de reparar los daños.

Sólo el creer en las propias capacidades de reparación, en que el propio amor puede sobrevivir a la propia destructividad, hace posible la integración de amor y odio en formas de relación más ricas y complejas”.

(Stephen A. Mitchell y Margaret J. Black, Más allá de Freud)

PSICOANALISIS Y REALIDAD: (Antonio Damasio, Y el cerebro creó al hombre)

PSICOANALISIS Y REALIDAD: (Antonio Damasio, Y el cerebro creó al hombre): ANTONIO DAMASIO.- EL INCONSCIENTE GENÓMICO “La existencia de estos fundamentos inconscientes del comportamiento hace mucho que fue reco...

PSICOANALISIS Y REALIDAD: (Antonio Damasio, Y el cerebro creó al hombre)

PSICOANALISIS Y REALIDAD: (Antonio Damasio, Y el cerebro creó al hombre): ANTONIO DAMASIO.- EL INCONSCIENTE GENÓMICO “La existencia de estos fundamentos inconscientes del comportamiento hace mucho que fue reco...

(Antonio Damasio, Y el cerebro creó al hombre)

ANTONIO DAMASIO.- EL INCONSCIENTE GENÓMICO

“La existencia de estos fundamentos inconscientes del comportamiento hace mucho que fue reconocida por la psicología, que los ha estudiado bajo las rúbricas de “instinto”, “comportamientos automatizados”, “impulsos” y “motivaciones”. En los últimos tiempos, lo que ha cambiado es que hemos llegado a comprender que, en su emplazamiento inicial, este tipo de disposiciones en el cerebro humano se hallan sujetas a una influencia genética considerable y que, por mucho que tratemos como individuos conscientes de darles forma y remodelarlas, su campo de acción temático es muy amplio y su omnipresencia asombrosa.

Esto está especialmente marcado en algunas disposiciones sobre las que se han fundado las estructuras culturales. El inconsciente genético participó en la configuración inicial de las artes, desde la música y la pintura hasta la poesía. Tuvo algo que ver con la temprana estructuración del espacio social, incluidas sus convenciones y normas. Tuvo que ver, tal como Jung y Freud inequívocamente percibieron, con muchos aspectos de la sexualidad humana. El inconsciente genómico tuvo que intervenir, y mucho, en las narraciones fundamentales de la religión y en los argumentos y las historias de novelas y obras de teatro consagradas por el tiempo, que, no en poca medida, giran alrededor de la fuerza de programas de emociones de inspiración genómica.

El inconsciente genómico es en parte responsable de la uniformidad que caracteriza al repertorio del comportamiento humano (…)

El último texto que [Freud] había escrito en Londres, en inglés, y en cuyas páginas Freud adoptó la única posición que estimo plausible sobre la cuestión de la CONCIENCIA. La mente es un resultado principalmente natural de la evolución y, en gran medida, es inconsciente, interna y no manifiesta. Llega a ser conocida a través de la estrecha ventana que abre la conciencia. Y esa es precisamente mi manera de considerarla.

La conciencia ofrece una experiencia directa de la mente, pero el agente de la experiencia es el SÍ MISMO [self], un informador interno e imperfectamente construido, no un observador externo y fiable (…)

Cuando Freud centró su estudio en los SUEÑOS, halló sin duda un manantial que le permitía afinar sus ideas sobre el inconsciente y probar su existencia. Aquel paso fue conveniente, además, porque le proporcionó el material necesario para continuar con sus estudios (…) Los sueños aportan pruebas directas de procesos mentales no asistidos por la conciencia. El proceso inconsciente que los sueños explotan tiene una profundidad considerable.”

(Antonio Damasio, Y el cerebro creó al hombre)

sábado, 1 de febrero de 2014

PSICOANALISIS Y REALIDAD: EL HOMBRE Y SUS SÍMBOLOS. C.Jung

PSICOANALISIS Y REALIDAD: EL HOMBRE Y SUS SÍMBOLOS. C.Jung: El proceso de individualización, M.L. von Franz:  La percepción de la sombra: animus, anima  " Si el inconsciente se p...

EL HOMBRE Y SUS SÍMBOLOS. C.Jung






El proceso de individualización, M.L. von Franz: 
La percepción de la sombra: animus, anima 

" Si el inconsciente se presenta al principio en una forma util o en una negativa, después de algún tiempo suele sugerir la necesidad de readaptar en mejor forma la actitud consciente a los factores inconscientes, es decir, aceptar lo que parece ser "criticismo" por parte del inconsciente. Por medio de los sueños podemos entrar en conocimiento de los aspectos de nuestra personalidad, que por diversas razones hemos preferido no contemplar muy de cerca, esto es lo llamado "percepción de la sombra", una parte inconsciente de la personalidad, que con frecuencia aparece en los sueños en forma personificada.
La sombra no es el total de la personalidad inconsciente, representa cualidades y atributos desconocidos o poco conocidos de ego: aspecto que, en su mayoría, pertenecen a la esfera personal y que también podrían ser conscientes. En algunos aspectos, la sombra también puede constar de factores colectivos que se entroncan fuera de la vida personal del individuo.
Cuando un individuo hace un intento para ver su sombra, se da cuenta, a veces se avergüenza de cualidades e impulsos que niega en sí mismo, pero que puede ver claramente en otras personas, cosas tales como el egoismo, pereza mental, sensiblería, negligencia, cobardía...
(...)
La sombra no consiste solo en omisiones, también se muestra con frecuencia como un acto impulsivo o impensado. Estando expuesta a contagios colectivos en mayor medida que lo está la personalidda consciente así, es que deja paso a impulsos que realmente no le pertenecen; es particularmente en contacto con gente del mismo sexo cuando una persona se tambalea entre su propia sombra y la de los demás. Aunque si vemos la sombra en una persona del sexo opuesto, generalmente nos molesta mucho menos y estamos más dispuestos a perdonar.
Por tanto, en los sueños y en los mitos, la sombra aparece como una persona del mismo sexo del soñante.

La aparicion de la sombra no acarrea invariablemente problemas éticos difíciles y sutiles. Con frecuencia emerge otra "figura interior" Si quien tiene el sueño es un hombre, descubrirá una personificación femenina de su inconsciente; y será una figura masculina en el caso de una mujer. Muchas veces, esa segunda figura simbólica surge tras la sombra produciendo nuevos problemas diferentes.
El ánima es una personificación de todas las tendencias psicológicas femeninas en el psique de un hombre, tales como vagos sentimientos y estados de humor, sospechas proféticas, captación de lo irracional, capacidad para el amor personal, sensibilidad para la naturaleza y -por ultimo pero no en ultimo lugar- su relación con el inconsciente. No es una pura casualidad el que en [/u]los tiempos antiguos se emplearan sacerdotisas -como la sibila griega- para interpretar la voluntad divina y para establecer comunicación con los dioses.
En su manifestación individual, el carácter del ánima del hombre, por regla general, adopta la forma de la madre. Si comprende que su madre tuvo una influencia negativa sobre él, su ánima se expresará con frecuencia en formas irritables, deprimidas, con incertidumbre e inseguridad. Sin embargo, si es capaz de vencer los asaltos negativos, pueden servirle, incluso para reforzar su maculinidad. Dentro del alma de tal hombre la figura negativa del ánima-madre repetirá interminablemente este tema: "No soy nada, nada tiene sentido, para otros es indiferente pero para mí... no disfruto de nada" Estos humores de ánima producen una especie de embotamiento, miedo a la enfermedad, a la impotencia, o a los accidentes. La totalidad de su vida toma un aspecto triste y opresivo. Tales estados de humor sombrío pueden incluso, inducir al hombre al suicidio y en tal caso, el ánima se convierte en un demonio de la muerte.
Otra forma en que puede revelarse el ánima negativa en la personalidad de un hombre es en los comentarios irritados, venenosos con los que rebaja todo. Los comentarios de ese tipo siempre contienen una despreciable tergiversación de la verdad y son situlmente destructivos.
Si por otra parte, la experiencia de un hombre acerca de su madre ha sido positiva, eso también puede afectar al ánima en formas típicas, aunque diferentes, con el resultado que, o bien resulta afeminado o es presa de las mujeres y por tanto, incapaz de luchar con las penalidades de la vida. Un ánima de ese tipo puede volver sentimentales a los hombres.
Las manifestaciones más frecuentes del ánima toman la forma de fantasías eróticas. Los hombres pueden ser llevados a nutrir sus fantasías viendo películas o soñando despiertos con materiales pornográficos. Este es un aspecto crudo y primitivo del ánima que se convierte en forzoso solo cuando el hombre no cultiva suficientemente sus relaciones sentimentales, cuando su actitud sentimental hacia la vida ha permanecido infantil.


Todos es tos aspectos del ánima tienen la misma tendencia que hemos observado en la sombra, es decir, pueden ser proyectados de modo que aparezcan ante el hombre como cualidades de alguna mujer determinada. Es la presencia del ánima la que hace que un hombre se enamore de repente cuando ve a una mujer por primera vez y sabe que "es ella". En esa situación, el hombre tiene la impresión de haber conocido íntimamente esa mujer desde siempre; se enamora de ella tan perdidamente que al observador le parece una auténtica locura. Las mujeres que son "como hadas" atraen especialmente tales proyecciones del ánima porque los hombres pueden atribuir casi todo a una criatura que es tan fascinantemente indefinida y por tanto, puede continuar fantaseando en torno a ella.
La proyección del ánima en esta forma tan repentina y apasionada puede alterar el matrimonio y conducirle al llamado "triángulo amoroso". Sólo se puede encontrar solución soportable a un drama semejante si se reconoce que el ánima es una fuerza interior. El objetivo secreto del inconsciente al acarrear tal complicación es forzar al hombre a que desarrollo y lleve a su propio ser la madurez integrando más de su personalidad inconsciente e incorporándola a su propia vida.
Hay también otros tantos aspectos positivos, siempre que la mente lógica del hombre es incapaz de discernir hechos que están escondidos en su inconsciente, el ánima le ayuda a desenterrarlos. Aún más vital es el papel que desempeña el ánima al poner la mente del hombre a tono con los valores interiores buenos y por tanto, abrirle camino hacia las profundidades interiores más hondas. Es como si una "radio" interior quedara sintonizada con cierta longitud de honda que excluyera todo lo que no hace al caso pero permitiera la audición del "Gran hombre". Al establecer esta recepción de radio interior, el ánima adopta el papel de guía o mediadora en el mundo interior.
La función como guía interior positiva se produce cuando un hombre toma enserio sus sentimientos, esperanzas y fantasías enviadas por su ánima y cuando los fija de alguna forma; por ejemplo por escrito, en pintura, escultura, composición musical o danza. Cuando trabaja en eso paciente y lentamente, va surgiendo otro material inconsciente más profundo salido de las honduras y conectado con materiales anteriores. Después de que una fantasía ha sido plasmada de alguna forma, debe examinarse intelectual y estéticamente con una reacción valorizada del sentimiento. Y es esencial mirarla como un ser completamente real; no tiene que haber ninguna duda secreta de lo que eso es "solo una fantasía" Si esto se realiza con devota atención durante un largo periódo, el proceso de individualización se va haciendo paulatinamente la única realidad y puede desplegarse en su forma verdadera.
En la Edad Media se produjo una perceptible diferenciación espiritual en materias religiosas, poéticas y de otra índole cultural; y el mundo fantástico del inconsciente era reconocido con mayor claridad que antes. Durante ese periódo, el culto caballeresco a la dama significó un intento para diferenciar el lado femenino de la naturaleza del hombre respecto a la mujer exterior así como en relación con el mundo interior.
La dama acuyo servicio se consagraba el caballero, y por quien llevaba a cabo sus hechos heroicos, era naturalmente una personificación del ánima. El nombre del portador del Grial en la versión de la leyenda según Wolfram Von Eschenbach es especialmente significativo: "Conduir-amour", guía en el amor. Enseña al héroe a diferenciar sus sentimientos y su comportamiento respecto a las mujeres. Sin embargo, posteriormente, este esfuerzo individual y personal por desarrollar las relaciones con el ánima se abandonó cuando su aspecto sublime se fundió con la figura de la Virgen que entonces se convirtió en el objeto de devoción y alabanza ilimitadas. Cuando al ánima, como virgen, se la concibió como un ser totalmente positivo, sus aspectos negativos encontraron expresión en las brujas.
En China, la figura paralela a María es la diosa Kwan-Yin, una figura del ánima más popular en China es "La señora de la Luna" que otorga el don poético o musical a sus favoritos e incluso, puede concederles la inmortalidad. En la India, el mismo arquetipo está representado por Shakti, Pavati, Rati y muchas otras; entre los musulmanes ella es, principalmente, Fátima, la hija de Mahoma.
La adoración ánima como figura religiosa oficialmente reconocida acarrea el grave inconveniente de que la hace perder los aspectos individuales. Por otra parte, si se la considera exclusivamente como un ser personal, hay el peligro de que, si ella es proyectada en el mundo exterior, sea sólo ahí donde se la pueda encontrar. Esta última situación puede crear interminables molestias porque el hombre se convierte, a la vez, en víctima de sus fantasías eróticas y en un ser que depende de una mujer concreta.
Solo la decisión penosa -pero esencialmente sencilla- de tomar en serio las fantasías y los sentimientos propios puede evitar, un estacamiento total del proceso de individualización interior, porque solo de esa forma el hombre puede descubrir qué significa esa figura como realidad interior. Así el ánima vuelve a ser lo que fue originalmente: la mujer interior que transmite los mensajes vitales como guía interior, del "sí-mismo"

El ánimus: el hombre interior 
La personificación masculina en el inconsciente de la mujer -ánimus- muestra aspectos buenos y aspectos malos, como le ocurre al ánima del hombre. Pero el ánimus no aperece con tanta frecuencia en forma de fantasía o modalidad erótica; es más apto para tomar la forma de convicción "sagrada" oculta. Cuando tal convicción es predicada con voz fuerte, insistente, masculina o impuesta a otros por escenas de brutal emotividad, se reconoce fácilmente la masculinidad subyacente en una mujer. Sin embargo, aun en una mujer que sea exteriormente muy femenina, el ánimus puede ser también una fuerza dura e inexorable. Podemos encontrarnos de repente en contra de algo en una mujer que es obstinada, fría y completamente inaccesible.
Uno de los temas favoritos que el ánimus repite incesantemente en las meditaciones de ese tipo de mujeres suele ser así: "La única cosa que yo deseo en el mundo es amor" o "en esta situción solo hay dos posibilidades... y ambas son igual de malas" -el ánimus jamás cree en excepciones- Raramente se puede contradecir la opinión de un ánimus porque, por lo general, suele tener razón; sin embargo, pocas veces parece ajustarse a la situación individual. Es apto para una opinión que parece razonable pero al margen de la cuestión. Al igual que el caracter del ánima de un hombre está moldeado por su madre, el ánimus está bastante influido por el padre de la mujer. El padre dota al ánimus de su hija con el matiz especial de convicciones indiscutibles, irrecusablemente "verdaderas" convicciones que jamás incluyen la realidad personal de la propia mujer tal como es realmente. Esa es la causa de, que algunas veces, el ánimus sea como el ánima, un demonio de la muerte. Por ejemplo, en un cuento gitano, un apuesto extranjero es recibido por una mujer solitaria a pesar de que ella tuvo un sueño que le advertía que él era el rey de la muerte. Después de haber estado con ella algún tiempo, ella le insistió a que dijera quien era realmente. Él, al principio rehusó diciendo que ella moriría si se lo decía. Sin embargo, la mujer insiste y él le revela de repente que es la propia muerte. La mujer muere de inmediato de miedo. Considerado mitológicamente, el apuesto extranjero es probablemente una imagen pagana del padre o de un dios que aparece aquí como el rey de la muerte -como el rapto de Perséfone realizado por Hades- Pero psicológicamente representa una forma particular del ánimus que atrae a las mujeres alejándolas de todas la relaciones humanas y en especial, de todos los contactos con los hombres auténticos. Personifica al capullo de seda de los pensamientos soñadores, llenos de deseos y de juicios acerca de cómo "debieran ser las cosas" y que separan a la mujer de la realidad de la vida El ánimus negativo no aparece sólo como un demonio de la muerte, en los mitos y en los cuentos de hadas desempeña el papel de ladrón o asesino. Un ejemplo es Barba Azul, que mataba secretamente a todas su mujeres en una cámara oculta. En esta forma, el ánimus personifica todas las reflexiones semiconscientes, frías y destructivas que invaden a una mujer en las horas de la madrugada cuando no ha conseguido realizar cierta obligación sentimental. Es entonces cuando empieza a pensar en la herencia de la familia y asuntos de esa índole, una especie de tejido de pensamientos calculadores llenos de malicia e intriga, que la lleva a un estado en que es capaz de desear la muerte a otros ("Cuando uno de nosotros muera, me trasladaré a la Riviera" dice una mujer a su marido al contemplar la hermosa costa mediterránea; un pensamiento que resulta inofensivo por el hecho de haberlo dicho) Alimentando secretas intenciones destructivas, una mujer puede conducir a su marido y una madre a sus hijo, a enfermedades, accidentes o incluso la muerte (véase el caso de Lady Macbeth) O bien puede decidir que sus hijos nunca lleguen a casarse: una forma del mal, profundamente escondida, que raramente sube a la superficie de la mente consciente de la madre. A veces una extraña pasividad y la paralización de todo sentimiento, o una profunda insegridad puede conducir casi a una sensación de nulidad puede ser el resultado de la opinión del ánimus inconsciente. En las profundidades del ser de la mujer, el ánimus le susurra: "No tienes esperanza ¿De qué vale intentarlo? De nada sirve lo que hagas, jamás cambiará para mejorar" Desgraciadamente, siempre que una de esas personificaciones del inconsciente se apodera de nuestra mente, parece como si tuviéramos tales pensamientos y sentimientos. El ego se identifica con ellos hasta el extremo de que resulta imposible separarlos y verlos tal como son. Se está realmente "poseído" por la figura desde el inconsciente. Solo después que ha cesado la posesión, se comprueba con horror que hemos dicho y hecho cosas diametralmente opuestas a nuestros a nuestros verdaderos pensamientos y sentimientos, que hemos sido la presa de un factor psíquico ajeno.
El ánimus aparece con frecuencia como un grupo de hombres. De esa forma, el inconsciente simboliza el hecho de que el ánimus representa una colectividad más que un elemento personal. A causa de esa inclinación a lo colectivo, las mujeres habitualmente se refieren a "uno o "ellos" o "todo el mundo" y en tales causas su conversación contiene las palabras "siempre, debiera, tuviera" Muchísimos mitos y cuentos de hadas hablan de un príncipe convertido por una hechicera en un animal salvaje o en un mounstruo, que es redimido por el amor de una doncella: un proceso que simboliza la forma en que el ánimus se hace consciente. Muy frecuentemente a la heroína no se le permite hacer preguntas acerca de su misterioso y desconocido enamorado y esposo; o se encuentra con él solo en la oscuridad y jamás debe mirarle. Esto implica que, por confianza y amor ciegos hacie él, ella podrá redimir a su marido. Pero esto jamás sucede. Ella siempre rompe su promesa y al final, después de una búsqueda larga y dificil, se reencuentran. El paralelo de eso en la vida es que la atención consciente que una mujer tiene que conceder al problema de su ánimus probablemente requiere muchos sufrimientos y tiempo. Pero si ella se da cuenta de quien y qué es su ánimus y qué hace con ella, y si ella se enfrenta a éstas realidades en ves de dejarse poseer, su ánimus puede convertirse en un compañero interior inapreciable que la dota de cualidades masculinas de iniciativa, arrojo, objetividad y sabiduría espiritual. El ánimus, exactamente igual que el ánima, muestra cuatro etapas de desarrollo. La primera aparece como una personificación de mero poder físico, por ejemplo, como campeón atlético u hombre musculoso. En la segunda etapa, posee iniciativa y capacidad para planear la acción, en la tercera, el ánimus se transforma en palabra, apareciendo con frecuencia como profesor o sacerdote y finalmente, una cuarta manifestación, el ánimus es la encarnación del significado. En este elevado nivel, se convierte como el ánima en mediador de la experiencia religiosa por la cual la vida adquiere nuevo significado. Da a la mujer firmeza espiritual, un invisible apoyo interior que la compensa de su blandura exterior. En su forma más desarrollada, el ánimus conecta, a veces, la mente de la mujer, con la evolución espiritual de su tiempo y puede, por tanto, hacerla aun más receptiva que un hombre a las nuevas ideas creadoras. A causa de esto, en tiempos primitivos, muchos pueblos empleaban a las mujeres como adivinadoras y profetisas. La intrepidez creadora de su ánimus positivo, a veces expresa pensamientos e ideas que estimulan a los hombres a nuevas empresas. El "hombre interior" dentro de la psique de una mujer puede conducir a disturbios matrimoniales análogos a los mencionados en la sección referente al ánima. Lo que complica esencialmente las cosas es el hecho de que la posesión de uno de los cónyuges por el ánimus -o el ánima- puede ejercer automáticamente tal efecto irritante en el otro que él -o ella- quede también poseído. Animus y ánima tienden siempre a arrastrar la conversación a un nivel más bajo y a producir una atmósfera emotiva irascible y desagradable.Como dije antes, el lado positivo del ánimus puede personificar un espíritu emprendedor, atrevido, veraz, y en su forma más elevada, de profundidad espiritual. Por medio de él, una mujer puede experimentar el proceso subyacente de su situación objetiva personal y cultural, y puede encontrar el camino de una intensa actitud espiritual ante la vida. Esto, naturalmente, presupone que su ánimus deje de representar opiniones que están por encima del criticismo. La mujer tiene que encontrar el atrevimiento y la interior amplitud mental para dudar de la santidad de su convicciones. Solo entonces será capaz de aceptar las sugerencias del inconsciente, en especial cuando contradicen las opiniones de su ánimus. Solo entonces llegarán hasta ella las manifestaciones de su "sí-misma" y podrá entender conscientemente su significado.

Escrito por Elohem: 
Aquí les dejo algo más acerca del concepto que desarrollo el psicólogo Carl Jung (1875-1961): La sombra

Conocer de cerca tu propia sombra, puede transformar tu vida.

Pues bien, aquello que no podemos ni queremos mostrar a los otros, aquello que consideramos vergonzoso, asqueroso, reprochable, atemorizante, pecaminoso o incierto, se llama SOMBRA. Cuando se reprime la Sombra durante mucho tiempo, no importa si para ello hemos adoptado una pose de excesivo moralismo, de pulcritud a toda prueba, de rígida austeridad, de hombres y mujeres .de bien., ésta aparece entonces en forma de sueños extraños y pesadillas, de tics nerviosos, de comportamientos obsesivos, de agitación o enfermedades sin causa aparente, de manías, extravagancias, arrebatos, vicios, caprichos, depresiones... El poder de la Sombra es tal que todo el tiempo amenaza con derribar las sólidas "puertas" que hemos levantado para dejarla en el "sótano" de nuestra psiquis. Pronto descubrimos sin embargo que hay una forma de "tratar" con la Sombra, esto es de "exorcizarla" sin tener que aceptarla como propia: esa forma consiste en culpabilizar a los otros de nuestras propias dimensiones oscuras.

La Sombra como camino hacia la Paz

Ahora bien, la Sombra no solo es un aspecto terrible y prohibido de nuestro ser, es también una fuerza extraordinaria que puede movilizarnos hasta límites insospechados. Puede reactivar, por ejemplo, nuestra creatividad y devolverle a nuestra vida una libertad que antes no conocía. Aceptar nuestra Sombra implica reconocer la totalidad de nuestro ser, una totalidad que engloba el bien y el mal, lo racional y lo irracional, lo masculino y lo femenino, lo consciente y lo inconsciente.

Aceptarla puede librarnos del sentimiento de culpa, de la sensación de fragilidad, de la permanente sospecha respecto de nuestros sentimientos. Nos permite juntar los opuestos complementarios y, por fin, sentirnos completos, no ajenos respecto de nuestros propios sentimientos y necesidades.

Puede además suspender todo juicio: ya no son otros los culpables de aquello que no podemos aceptar en nosotros mismos, somos nosotros los responsables de cada uno de esos sentimientos. Al dejar de proyectar nuestras heridas, temores y vergüenzas en los demás, podemos establecer un ambiente de paz con nuestro entorno y nosotros mismos. Nos brinda la posibilidad de ser deliberantes respecto de nuestro ser. Como bien explica el analista jungiano James Hillman: "Freud no llegó a advertir la paradoja de que la basura también es un fertilizante, de que la infancia también es inocente, de que la perversidad polimorfa también es placentera y libre, y de que el hombre más repulsivo puede ser, al mismo tiempo, un redentor disfrazado".

Muchos se podrán preguntar, ¿pero y liberar la Sombra no significaría también liberar nuestra violencia, nuestra destructividad, nuestro odio?; ¿qué clase de mundo viviríamos si todo pudiera manifestarse de manera abierta y sin restricción alguna? La respuesta no es fácil pero podemos esbozarla de la siguiente manera: el vapor que despide una olla de presión ciertamente puede quemarnos la mano si nos descuidamos, pero taponar su salida inevitablemente convertirá a esa olla en una bomba. Un breve perfil de los asesinos en serie nos indica que son personas más bien introvertidas y tímidas pero con una gran rabia represada: víctimas de abuso sexual cuando pequeños, de abandono de sus padres, de palizas inhumanas... fueron formando esa Ira-Sombra que se negaron a aceptar, y por tanto expresar y canalizar de manera creativa. El resultado final nos indica que esta ira termina por expresarse de forma desproporcionada, destruyendo todo a su paso.

Por otro lado, como ya decíamos, la falta de reconocimiento de nuestra propia Sombra es lo que nos ha llevado a odiar en otros lo que no aceptamos en nosotros mismos. Esa actitud de culpabilizar al otro, de convertirlo en el representante del "mal" sobre la tierra, es lo que ha desatado y justificado linchamientos, limpiezas étnicas, guerras religiosas y genocidios sin término.

Se ha anulado a otros seres humanos en nombre de la humanidad, se los ha encarcelado en nombre de la libertad, se los ha matado en nombre de la vida. Esos "altos ideales" han exigido que nos escindamos, que seamos - por lo menos- dos yoes al mismo tiempo: el uno (especie de Mr. Hyde) que mata o aplaude a los asesinos que "salvan a la patria"; el otro (nuestro Mr. Jeckyll interior) que trabaja sin aparente remordimiento, da discursos sobre la necesidad del "bien" y la paz, y besa con ternura a sus hijos. Ese es el resultado de la no aceptación de la Sombra, de vivir ajenos a la totalidad de nuestro ser. Jung decía: "Donde hay amor no existe deseo de poder y donde predomina el poder el amor brilla por su ausencia. Uno es la sombra del otro".

Si en vez de satanizar al otro, nos miramos hacia dentro y nos damos cuenta de hasta qué punto somos "el otro", ¿con qué justificación podríamos atacarlo, perseguirlo o matarlo? Esta conciencia de la unidad de todos los seres humanos - más allá de sus costumbres, edades, ideas políticas o creencias religiosas- nos haría más solidarios. Diríamos acaso estas palabras sabias: "el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra".

Y agregaríamos: "Si permites que lo que está en tu interior se manifieste, eso te salvará, más si no lo haces, te destruirá". 

Fuente: http://www.chasque.net/frontpage/relacion/ Por Edgar Allan García

Saludoss

Escrito por ∞8∞: 
Aunque este post es un compendio de arquetipos jungianos, dado que el título es el único que hace referencia en el foro a mi próximo comentario, he pensado que lo mejor era continuar aquí mismo. Si se estima mejor en realizar una separación de temas en distintos post, no veo inconventiente alguno, ya que aquí mismo se habla tanto del arquetipo de la Sombra, como de los arquetipos Ánima/Ánimus.

Con respecto a éste último, quería hablar acerca del concepto de Ánima y su relación con la muerte y los fenómenos paranormales y psíquicos del contacto con lo sobrenatural y los difuntos, por lo tanto a su vez de lo ligado que está este concepto de Ánima con el Arte de la Necromancia, y de los Aethers, que otros hermanos podrán debatir.

Jung, habla de confrontar contenidos de lo inconsciente, cuando se asoma a la ventana de lo sobrenatural y mantiene experiencias místicas de fenómenos paranormales, fruto de las cuales nacería su libro: "siete sermones a los muertos" (del cual ya hablé aquí: http://foro.ekiria.net/index.php?topic=8987.0). Y a continuación, unas reflexiones al respecto:

La explicación que da Jung a la fenomenología acaecida es la de una «constelación inconsciente», es decir, la activación de un complejo psicológico debido a una reacción de naturaleza emocional, siendo dicha constelación de carácter numinoso. El desencadenante y antecedente fue lo que él denominó pérdida del alma, o estado emocional en el que se hallaba previamente. Para Jung, el alma se representa en el hombre por el arquetipo del ánima, o aspecto femenino presente en lo inconsciente colectivo de los hombres. El ánima representaría a su vez el arquetipo de la vida, siendo su principio Eros, o lo relacional. Así, la pérdida del alma significaría la pérdida de lo vital y lo vinculativo en nuestra vida consciente. El arquetipo del ánima habría emprendiendo el camino de lo inconsciente colectivo, se habría retirado al «país de los muertos». En términos energéticos, lo consciente se habría vaciado de libido al revivificarse lo inconsciente. Ante esta descompensación energética, si «el ánima crea la relación en lo inconsciente», y éste representa al país de los muertos, «en cierto sentido es también una relación con la colectividad de los muertos». La libido se ha polarizado en lo inconsciente propiciando así la manifestación de fenómenos concomitantes, desde fenomenología paranormal hasta conversar con los muertos.

En el «país de los muertos» el alma experimenta una secreta vivificación y da forma a las huellas ancestrales, a los temas colectivos del inconsciente. Igual que una médium, da a los muertos posibilidad de manifestarse. Por ello, muy pronto después de la desaparición del alma aparecieron en mí los «muertos», y surgieron los «Septem Sermones ad Mortuos».

Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.